Por patagoniasur | 03 de julio de 2015 | 0 comentarios
En ocasiones, las prisas, las ganas de verlo todo, de visitar cada rincón de una ciudad mientras hacemos turismo, nos impide disfrutar de lugares especiales como del que os hablamos en este post: la Plaza de Candelaria.
Se encuentra muy cerca de nuestro hotel (según se sale, a mano izquierda, hasta encontrar la Calle Nicaragua que desemboca en la Plaza de la Candelaria), a apenas un par de minutos a pie. Su visita es casi obligada si se quiere disfrutar de un rato de tranquilidad y calma en Cádiz.
Y como es...
De construcción aparentemente sencilla, este espacio ajardinado casi rectangular, fue ampliado en 1873 tras derribarse el convento de las Candelaria. En su epicentro se erige un monumento dedicado a
Emilio Castelar, político y escritor gaditano. Y muy próximo a él, hay una fuente que es un auténtico spa para los pájaros de la zona.
Pero si por algo destaca este rincón del casco antiguo de Cádiz, es por el ambiente que en él se respira. Es fácil encontrarse a familias con pequeños, ancianos descansando al cobijo de sus árboles o estudiantes charlando en sus bancos. Además, los bares y cafeterías que la rodean propician un alto en el camino para tomar un café o una
cerveza.
Café Royalty
Sin duda, hay un
restaurante y cafetería que resalta entre otros de la zona. Hablamos del Café Royalty, en la Plaza de Candelaria esquina con Obispo Urquinaona. Este lugar tan especial por su decoración, historia y conservación se ha ganado la distinción de establecimientos gaditanos de interés en la Guía Repsol en el año 2015. Por el han pasado literatos, políticos, músicos y otros intelectuales desde que abriese sus puertas en 1912.
Aunque, a lo largo de su historia, no siempre ha sido un establecimiento de restauración. Usado como almacén y bazar, fue relegado al olvido durante 70 años, hasta que el 2008 reabrió con todo el esplendor de sus años dorados. Una gran labor de restauración lo sitúan como el único café romántico histórico de Andalucía e incluso de España.
Por este y otros motivos, la Plaza de Candelaria merece sin duda un alto en el camino. Una parada obligada para disfrutar de la luz de Cádiz y sus construcciones sin mirar pararse a mirar el reloj (¡o el móvil!).
