Por patagoniasur | 27 de diciembre de 2016 | 0 comentarios
Ir a Cádiz y no perderse por las callejuelas del
barrio de La Viña es como no haber estado realmente en la capital gaditana. De este lugar pueden destacarse su gastronomía, su ambiente festivo, los monumentos que se abren paso en sus calles y otras muchas cosas que marcan profundamente la esencia de Cádiz y de sus gentes. ¿Te atreves a descubrirlo con nosotros?
Balneario de Nuestra Señora de la Palma en Cádiz.
Unos orígenes humildes
Cádiz, la ciudad más antigua de todo occidente, tiene enclaves fundados mucho antes de que existiera el barrio la Viña. Sin embargo, el folclore y la tradición popular han hecho que este humilde rincón de la ciudad se convierta en un espacio privilegiado para visitantes y para los habitantes de la localidad que siguen buscando su esencia más auténtica.
Para comprenderlo no está de más tener en cuenta un poco de su historia. El nombre del barrio no deja lugar a la duda: en sus orígenes este terreno estaba ocupado por vides de las que se obtenían vino y otros productos derivados de la uva.
Pero el descubrimiento del Nuevo Mundo cambió para siempre el carácter de Cádiz y de otras muchas ciudades. Fue durante el siglo XVIII cuando la importancia del comercio con las nuevas colonias hizo necesaria la ampliación de la ciudad, por lo que las antiguas plantaciones de vid dieron paso al barrio de la Viña.
Desde sus orígenes fue habitado por pescadores y gentes relacionadas con esta profesión, algo que queda claro en su especial vínculo con la playa de La Caleta y que se expresa en sus tradiciones marineras y en su gastronomía. Así, un paseo por la Viña, barrio delimitado por las calles Sagasta y de la Rosa, es perfecto para descubrir rincones en los que se han escrito páginas muy importantes de la historia de Cádiz o para saborear y descubrir platos y delicias en sus muchas tabernas tradicionales.
Lugares de visita obligada
Castillo de San Sebastián, Cádiz capital.
Preparar una ruta para descubrir los encantos del barrio de la Viña es algo que no puede faltar en ninguna visita a Cádiz si es que se quieren descubrir los lugares más tradicionales. Uno de los monumentos más importantes que se encuentran en el interior del barrio es el conocido Castillo de San Sebastián. Esta fortaleza se levanta en uno de los extremos de la playa de La Caleta y ha servido tanto como lugar religioso, estructura defensiva de la ciudad y faro dependiendo de la época.
El Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real es otro de esos lugares que están marcados en el corazón de todos los gaditanos y visitantes que quedan atrapados por la magia de la Viña. Se ubica sobre la playa de La Caleta y su estructura de madera blanca es una de las típicas de todo Cádiz.
Las iglesias de Santa Catalina o de la Palma son los templos más tradicionales de un barrio que tiene su centro en la popular plaza de Santa María.
Pasear por las calles del barrio de la Viña es una oportunidad que no se debería dejar de lado fácilmente. Edificaciones tradicionales, muchas tabernas en las que tapear y monumentos de gran valor son los motivos que te llevarán hasta un lugar que te atrapará y te enamorará por transmitir un encanto único.