Desde el siglo XVII Cádiz es una ciudad blindada al mundo. Situada en un lugar estratégico y codiciada por su valor comercial, por ser un lugar de paso entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, Cádiz se encuentra rodeada de castillos, fortalezas y murallas, siendo uno de sus atractivos turísticos y diversos lugares de interés para visitar durante una estancia en la ciudad.
Un ejemplo de ello son las murallas de San Carlos. Con Cristóbal de Rojas al frente del mando de la ciudad, la capital gaditana inició su plan de reedificación, comenzando con la construcción en 1598 de los principales castillos defensivos que hoy conocemos. Tras ellos, y una vez garantizada la protección de la zona urbana, se procedió al diseñó de las protecciones del puerto de la ciudad. En su puesta en marcha influyeron varias circunstancias, pero sin duda, una de las que ayudó seriamente fue uno de los hechos más importantes en la historia reciente de Cádiz: la llegada de la Casa de Contratación de Indias desde Sevilla. Cádiz, como ya os comentamos al final de este post, se convirtió en el epicentro de económico de Europa y su protección frente a cualquier ataque extranjero se volvió más si cabe imprescindible.
Con este hito económico materializándose en mayo de 1717, la construcción de las murallas de San Carlos se finalizó en 1784. La obra fue encargada al ingeniero militar Antonio Hurtado, quien diseñó una muralla capaz de proteger la entrada al puerto por la parte oeste de la ciudad.
El baluarte está formado por 55 bóvedas a lo largo de un muro corrido y aún hoy se conservan algunas de las piezas de artillería que conformaban la obra militar. En total, llegó a albergar 99.
Por otro lado, cabe destacar que, sin permiso del gobernador de la época, Conde O’Reilly, el interior de este se ocuparía por 5 manzanas de casas de estilo academicista, dando lugar al nacimiento del barrio de San Carlos.
Como ves, la historia y sus devenires hacen de los lugares lo que son. Esperamos que tras la lectura de este post te des un paseo por este bello rincón de Cádiz. ¡Seguro que ya no lo ves con los mismos ojos!