En la esquina de la calle Ancha con la calle San José, a menos de 10 minutos caminando de nuestro hotel, hay una heladería mítica con más de 75 años de historia. El Salón Italiano es una parada obligatoria en pleno centro de Cádiz donde combatir el calor con uno de sus manjares helados. Entre todos ellos destaca el topolino, una bola helada de nata recubierta de chocolate crujiente sobre un cono de barquillo. Un producto conocido en el mundo entero y que nació en este popular establecimiento gaditano allá por los años 50.
Degustando un Topolino a las puertas del Salón Italiano
La creación del helado Topolino es obra de Arturo Campo, un trabajador italiano de la construcción que tras casarse con una heladera italiana decidió venir a España en busca de un nuevo futuro. Abrieron su primer despacho de helados en Madrid a mediados de los años 30, pero tras un viaje a Cádiz quedaron prendados de la ciudad y decidieron instalarse definitivamente en el actual local de la calle Ancha.
Tras hacer helados de todos los colores y sabores (vainilla, chocolate, avellana, fresa, limón, nata, tutti frutti y café…) a Arturo un día se le encendió la bombilla y pensó: ¿y si la bola de helado de nata la recubrimos de chocolate crujiente y la ponemos en un cucurucho de barquillo para facilitar su degustación?. La idea fue cosechando poco a poco gran popularidad y hoy es ya todo un ícono del mundo heladero imitado aquí y allá en diversas variantes.
El hijo de Arturo Campo, Gianni, actual propietario del Salón Italiano, asegura que si bien antes de que su padre crease el topolino ya se habían hecho algunos bombones helados, nunca antes se habían soportado sobre un barquillo y no sobre obleas como se ponía en Italia.
En la Heladería Salón Italiano, además del topolino, también se pueden comprar helados de distintos sabores en tarrinas para llevar, en conos de barquillo o tomar en el establecimiento una copa con las distintas combinaciones disponibles en carta. Los helados se hacen a diario y de forma artesanal en el propio establecimiento. Pero, como no podía ser de otra forma, el gran clásico de la casa sigue siendo el mítico topolino, del que se han llegado a vender 1200 unidades en un solo día.
La Heladería Salón Italiano sólo abre desde mediados de marzo y hasta finales de octubre. En temporada abre desde la hora del desayuno hasta después del horario de cenas.
El topolino es un broche de oro ideal para coronar una comida o cena a base de buen pescaíto frito. Una combinación gastronómica 100% Cádiz.