Qué hacer en Cádiz: un paseo por la zona menos turística
Por patagoniasur | 02 de octubre de 2015 | 0 comentarios
Vista del mar y el nuevo puente de Cádiz desde uno de los extremos de la Avenida de la Bahía, en Cádiz capital.
No hay nada mejor que estar de vacaciones. Es una sensación única que solo se siente cuando no tienes nada que hacer al día siguiente, no tener prisa y dejar que el tiempo discurra sin agobios es indescriptible. Así que, si dispones de esta oportunidad, pensamos que este paseo puede ser uno de los más recomendables para hacer en Cádiz.
Nos salimos del circuito más turístico y nos dejamos caer por la Avenida de la Bahía. Es recomendable comenzar por el extremo del Club Náutico Alcázar, cerca de la Clínica Astarte, muy conocida en la ciudad. Una vez ubicados, solo tenemos que dejarnos llevar por los pies y disfrutar.
Vista del mar y el nuevo puente de Cádiz desde uno de los extremos de la Avenida de la Bahía, en Cádiz capital.
Las vistas al mar y al nuevo puente de Cádiz son espectaculares. El paseo está hecho para goce y disfrute del viandante y eso nota y se agradece. Solo hay que ver a los gaditanos que han sabido sacar partido a este espacio y lo utilizan para todo: paseos en bici, carreras junto al mar, momentos de pesca, encuentros con amigos en los bancos, paseos con las mascotas... o simplemente, se paran y contemplan las barcas que salpican el paisaje.
Y quien esté pensando que son demasiadas cosas para una vía urbana, que vaya borrando la imagen de aglomeración de su mente ya que tiene la anchura suficiente para asumir este trasiego cada día. De hecho, aunque de esto ya os hablaremos en otro post, esta avenida acoge cada lunes el conocido mercadillo de El Piojito. ¿Ya os hacéis una idea del espacio?
A lo largo del camino, que desemboca en el centro comercial de El Corte Inglés, hay distribuidos varios establecimientos donde comer bien es fácil. Uno de los más populares es el Bar de Pescaito Frito, que se encuentra al final de nuestro paseo. Y sí, lo mejor que tienen en su carta es el pescado, como su nombre indica. Es llamativo ver como este local sin nada singular que lo sitúe en el mapa gastronómico se ha ganado su reputación a base de una materia prima de primera calidad. Coquinas, gambas, ortiguillas y el tomate aliñado son solo algunos de los placeres que se pueden degustar.
Eso sí, abstenerse los románticos. En este lugar el mantel es de papel y lo que llama la atención es la excelente relación calidad-precio. Por algo la gente de la zona lo tiene como un lugar de referencia. ¿Os animáis a saliros de la ruta más turística?
